Respuesta:
Para que no haya distracción en la actividad de culto propiamente dicha. De esta manera todos, hombres y mujeres están más cómodos y tranquilos en esos momentos para concentrare en la adoración a Dios. No obstante en otros momentos, más allá del culto propiamente dicho comparten el trabajo y las actividades guardando las debidas normas de pudor y recato.
No hay restricciones ni distinciones de sexos para adorar a Dios y el Sagrado Corán…