Respuesta:

Deberá evidenciarse si su interés hacia el shiísmo es sólo atracción y afecto, o cuenta con un fuerte respaldo discursivo. Si su interés es por argumentación y razonamiento se evidenciarán automáticamente las debilidades y carencias de las otras escuelas y sectas.

La diferencia principal de la shía y su superioridad por sobre las demás escuelas islámicas es en la visión y la creencia shía respecto al asunto del imamato (liderazgo) y wilâîat (tutoría) de Ahl-Bayt del Profeta Muhammad (BP). Puesto que la shía considera para el Inmaculado Imâm (P) todos los rangos del Profeta a excepción del asunto de la revelación, y al Imâm (P) lo considera como la autoridad suprema religiosa (clarificador y protector de la religión, e interpretador de las aleyas coránicas), que tiene wilâîat takwînî (supremacía existencial) y poder para dominar en los fenómenos del mundo. Es el marÿah político y el mejor líder en los asuntos sociales, ocupante del rango del arbitraje y considerada la persona más sabia, y obligatorio obedecerlo en forma absoluta . Pero por desgracia las demás escuelas islámicas, como por ejemplo la malikí o hanafí no sostienen esta creencia, y tocante a Ahl-Bayt (P) y a nuestros Inmaculados Imâmes (P) sólo se limitaron a sentir afecto hacia ellos y a aceptar su veracidad.

Mientras que la necesidad del obedecimiento completo del “Imâm y Ahl-Bayt (P)”, además de sentir afecto hacia ellos, es también de las enseñanzas aceptadas por las narraciones existente de los hermanos sunís, y esto claro está puede provocar profundos efectos en la forma del comportamiento individual y social de nosotros.




Respuesta:

Si. Cuando muere un creyente los musulmanes están obligados a bañar su cuerpo, purificarlo, perfumarlo, amortajarlo, rezarle y darle sepultura. El Profeta ha hecho muchas recomendaciones para la ob­servancia del respeto debido al fallecido.

Hay que saber que la muerte en el Islam no es vista como algo intrínsecamente malo o traumático. El Sagrado Corán menciona a la muerte como un traspaso de este mundo a otro mucho más pleno y de mayores posibilidades para el desarrollo de las potencialidades del alma.

Dijo el Profeta: "El otro mundo es con relación a este como este mundo con relación al vientre de la madre", cuanto lloramos al nacer y cuanto lloramos al volver a cambiar de un estado a otro, más si tuviésemos confianza en Dios Misericordioso y hubiésemos vivido como a El le place, podríamos decir como Ali, la Paz sea con El, el yerno y primo del Profeta Muhammad, que "la muerte es para mi más dulce que la miel o másansiada que el pecho materno para el lactante".

Esto es comprobable para quien tiene experiencia de acompañar a los enfermos terminales o a la gente en el umbral de la muerte. Muchas de estas personas, sobretodo si han tenido una vida buena ven la muerte inminente como una verdadera liberación y ansían abandonar los estrechos límites del cuerpo enfermo o viejo.

Las ceremonias que tienen que ver con los funerales de las perso­nas creyentes son dignas de conocerse. Se podrá apreciar en ellas que entre la gente de fe y conocimiento, la despedida a los difuntos es muy emotiva, pero, al mismo tiempo, equilibrada y serena.

Hay un respeto hacia el cuerpo que acompañó a nuestra alma durante esta vida y debe ser enterrado sin mucha demora. El Islam no acepta la cremación de los cuerpos. Recuerdo que el Islam se halla en un punto intermedio entre el extremo espiritualismo de la India proclive a ver lo material como algo karmatico y negativo y el Occidente actual que hace de la materia y el cuerpo humano un verdadero objeto de culto.

Sheij Abdulkarim Paz

 




Respuesta:

El Islam es esencialmente monógamo, pero admite bajo ciertas circunstancias la poligamia. En la humanidad se ha practicado la  poligamia por lo general, a lo largo de la historia y en las más diversas culturas, muchas veces sin límites. El Islam lo primero que hizo fue ponerle límites y condiciones.

El acuerdo con la primera esposa y un trato justo con ella es una de esas condiciones. En la práctica la poligamia es rara por las obli­gaciones y problemas que suele conllevar, pero no se puede negar que en determinadas circunstancias la poligamia resulta ser hasta un derecho de la mujer. Por ejemplo, se dice que después de la Se­gunda Guerra Mundial, en Alemania, vivía un excedente de un mi­llón de mujeres por las grandes pérdidas de soldados tras su derro­ta. Si la legislación sólo permitiese la monogamia, ese millón de mujeres se vería obligada ha adoptar uno de los únicos dos caminos posibles: o bien resignarse a un celibato forzado, con todas sus con­secuencias nocivas para su psiquis o bien practicar de hecho la poli­gamia encubierta con los consecuentes trastornos que ello provoca. Es en estos casos de guerras, por ejemplo, tan frecuentes en el pasa­do, y no menos escasos en la actualidad lamentablemente, que la poligamia resultaba, más allá de los abusos de siempre, un resguar­do para la mujer y para las familias.

Dice al respecto el Corán: "Si teméis no ser equitativos con los huérfa­nos entonces casaos con las mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero si teméis no obrar con justicia, entonces con una sola..." (S. Corán 4: 4).

Y también advierte que: "No podréis ser justos con vuestras mujeres, aún sí lo deseáis. No seáis" pues, tan parciales, que dejéis a una de ellas como en suspenso. Sí te corriges y tienes piedad... Dios es Indulgente, Mi­sericordioso. (S. Corán 4:129).

Hoy en día podemos observar que en muchos lugares del mundo islámico a pesar de existir esta ley, son muy pocas las ocasiones en que se hace uso de esta posibilidad, mientras que en Occidente, donde tanto se critica esta disposición del Islam, la poligamia se practica de modo encubierto y la infidelidad está a la orden del día en muchos lugares.

Desgraciadamente en el mundo islámico también hay quie­nes abusan de algunas leyes islámicas con fines egoístas contradi­ciendo las normas morales del Islam y su espíritu más profundo y auténtico.

Escuché a Roger Garaudy, filosofo francés, que estuvo en Chile en abril de 2001, decir que en el diálogo entre civilizaciones debemos comparamos o juzgamos, o bien según nuestros ideales, o conforme a nuestras realidades, pero nunca debemos juzgar la realidad de otros de acuerdo a nuestro ideal, o a nuestra realidad según el ideal del otro. Ideal con ideal y realidad con realidad, así se acortarán bastante las distancias, podremos tener un juicio más equitativo y en consecuencias respetarnos y querernos más.

Sheij Abdulkarim Paz

 


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