El milagro de Jesús responde, entre otras cosas, a que ante la decadencia espiritual y ante el valor degradado y animalesco de la mera fuerza bruta y el poder material como valor supremo en sociedades corruptas, el hombre abusa de su mayor poder material sobre la mujer. Dios hizo que fuera una excelsa mujer, María, la Virgen, la que fuera consagrada al templo y la que trajese de modo milagroso a Jesús para enseñar el verdadero rol espiritual de la mujer y del hombre. También lo hizo así cuando estableció que la heredera espiritual directa del profeta Muhammad fuera una mujer, su hija Fátima. Esto es una lección contra todos los abusadores, machistas y errados materialistas.

Sheij Abdulkarim Paz