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¿Acaso buscar refugio en los santos de Dios, implica asociar y constituye innovación?

¿Acaso buscar refugio en los santos de Dios, implica asociar y constituye innovación?

Respuesta:

Taûassul significa recurrir a alguien muy preciado, que actúa como intermediario entre una persona y Dios, para así obtener una posición más cerca a Él.

En la obra Lisân ul 'Arab dice a este respecto:

« تَوسّل إليه بکذا، تقرّب إليه بحرمة آصرةٍ تعطفه عليه»

"Por este medio –ya sea persona o cosa– busca refugioen Él",[1]o sea: por medio de aquello que es causa de respeto e importancia para Él, acércate a Él.

En el Sagrado Corán encontramos lo siguiente:

 يا أَيُّهَا الَّذِينَ آمَنُوا اتَّقُوا اللَّهَ وَ ابْتَغُوا إِلَيْهِ الْوَسِيلَةَ وَ جاهِدُوا فِي سَبِيلِهِ لَعَلَّكُمْ تُفْلِحُونَ

"¡Creyentes! ¡Temed a Al.lah y buscad el medio (ûabtaghû ilaîhil ûasîlah) de acercaos a Él! ¡Combatid por Su causa! Quizás, así os salvéis...". (Al Mâ’idah 5:34)

Yûharî en el Sihâh ul–Lughatal ûasîlah, o sea, intermediario lo describe de la siguiente manera:

« اَلوسيلةُ مايتقرّب به إلى الغير»

"...intermediario es aquel, por medio del cual nos aproximamos a otro..."

Por lo tanto, es alguien o algo muy preciado que por su mediación buscamos refugio, pudiendo realizarse a través de un buen acto o una súplica sincera a Dios, que como algo poderoso nos conecta con Él; o también puede hacerse a través de un hombre, por cuya supremacía y pureza de su alma se encuentra muy cercano a Al.lah, contando por ello con un rango y un honor especial.

Diferentes formas de taûassul.

El buscar refugio lo podemos dividir en tres categorías:

1. Taûassul en los buenos actos, tal y como Yalâlud Din Suîûtî narra:

« عَنْ قتادَة فى قَوله تعالى﴿...وَ ابْتَغُوا إِلَيْهِ الْوَسِيْلَةَ...﴾ قال: تقربوا إلى الله بطاعته و العمل بما يرضيه»

"Qatâdahla aleya "...y buscad el medio de acercaos a Él",la interpretó de la siguienteforma: "...obedeciendo a Dios y actuando como a Él le complace, acercaos a su Creador..."[2]

2. Taûassul en la súplica de los siervos benévolos de Dios tal y como cuenta el Sagrado Corán de boca de los hermanos del Profeta José (P):

قالُوا يا أَبانَا اسْتَغْفِرْ لَنا ذُنُوبَنا إِنَّا كُنَّا خاطِئِينَقالَ سَوْفَ أَسْتَغْفِرُ لَكُمْ رَبِّي إِنَّهُ هُوَ الْغَفُورُ الرَّحِيمُ

"Dijeron: –¡Padre! ¡Pide a Al.lah que nos perdone nuestros pecados! ¡Hemos pecado! Dijo: –¡Pediré a mi Señor que os perdone! Él es el Indulgente, el Misericordioso".  (Îûsuf 12:97–98)

De esta aleya se deduce sin duda que los hijos de Jacob buscaban refugio en las súplicas de su padre, al cual consideraban como mediador para obtener el perdón, mientras que el Profeta Jacob (P) no sólo no les reprochó el que buscasen refugio en él, sino que les prometió rogar por ellos ante Dios por el perdón de sus pecados.

3. Taûassulen algún personaje piadoso que cuente ante Dios con un puesto y un respeto especial, siendo éste uno de aquellos que están próximos a Él.

Este tipo de buscar refugio era común desde el inicio del Islam y costumbre ente los sahâbah, íntimos compañeros del Profeta  Muhammad (BP). A continuación veamos lo que dicen los hadices, el comportamiento de los sahâbah, el de los sabios y los grandes personajes a este respecto:

1) Ahmad Ibn Hanbal en su Musnadrelata de 'Uzmân Ibn Hanîf:

« إنّ رَجُلاً ضَرِيرَ البَصَرِ أتی النبی صلّی الله عليه [و آله] و سلّم فقال ادع الله أن يعافينی، قال: إن شئت دعوت لک و إن شئت أخّرت ذاک فهو خير، فقال: أدعه. فأمره أن يتوضّأ فيحسن وضوئه فيصلی رکعتين و يدعو بهذا الدّعاءِ. اللّهمَّ إنی أسئلک واتوجّه إليک بنبيّک محمّد نبیّ الرّحمة يا محمّد إنیّ توجّهت بک إلی ربّی فی حاجتی هذه، فتقضیَ لی اللّهم شفعه فیّ.»

"Un día, un hombre ciego se acercó al Santo Profeta (BP) y le dijo: –¡Oh, Rasulul.lah! Pide a Dios que me de bienestar.

–¿Queréis que en este momento suplique por ti?, pero es mejor en caso de que estéis de acuerdo, que lo haga más tarde –propuso el Profeta (BP).

–Por favor, ahora mismo– contestó suplicante el hombre ciego.

El Mensajero Divino le ordenó que cuidadosamente realizase una ablución, seguida de una oración de dos ciclos y tras ello dijese la siguiente súplica: –¡Oh, mi Creador y Protector! Te ruego que por medio de Muhammad (BP), el benévolo Profeta, me permitáis acercarme a Ti. ¡Oh, Muhammad (BP)! ¡Por medio de ti me acerco a Al.lah para que atienda a mis súplicas. ¡Oh, Dios mío!, acepta a Muhammad (BP) como mi intercesor".[3]

Los exegetas respaldan la veracidad de esta narración, al grado que Hâkim Naîshâburî en su Mustadrak, después de narrar este mismo hadîz, lo considera un hadîz verídico y también Ibn Mâyah, que transmite de Abû Ishâq dice: "Esta es una narración sahîh –verídica". Tirmidhî en su obraAbwâb ul–Ad'îahconfirma la veracidad de ésta. Muhammad Nasîb ar–Rufâ'î en su obra At–Taûassul ila Haqiqhat ul–Taûassulexpone:

« لاشک أن هذا الحديث صحيح و مشهورٌ... و قد ثبت فيه بلاشکّ و لاريب ارتداد بصر الأعمی بدعاء رسول الله صلّی الله عليه [و آله] و سلّم له»

"Sin duda que este hadîz es verídico y famoso... y esta narración comprueba que con el ruego del Mensajero de Dios este hombre recuperó la vista"[4].

Con todo lo expuesto anteriormente se demuestra que buscar refugio en el Enviado de Dios, actuando éste como intercesor, no sólo era permisible, sino que él mismo enseñó al hombre ciego la forma de suplicar; y de como pedir que el Profeta (BP) actúe como intercesor entre él y Dios Todopoderoso; teniendo el mismo significado que buscar refugioen los piadosos y queridos de Dios.

2) Abu 'Abdul.lah Bujârî en su Sahîhnarra:

« إنّ عمر بن الخطّاب رضی الله عنه کان إذا قحطوا إستسقی بالعبّاس بن عبدالمطلب فقال: أللّهمّ إنّا کنّا نتوسّل إليک بنبيّنا فتسقينا و إنّا نتوسّل إليک بعمّ نبيّنا فاسقِنا، قال فيسقون»

"Cuando pasábamos por una época de escacía, 'Umar Ibn Jatâb utilizando a Abbâs Ibn 'Abdul Muttâlib –tío paterno del Mensajero Divino– como intermediario, pedía a Dios que lloviese diciendo: ¡Oh, mi Señor! Mientras Tu Enviado estuvo en vida, pedíamos a él su intercesión, y Nos enviabas Sus bendiciones a nosotros. Hoy por medio del tío de Tu Enviado, nos acercamos a Ti para que nos mandes la lluvia" –y llovía.[5]

3) La cuestión del taûassul hacia los santos de Dios, era muy común entre los primeros musulmanes, quienes incluso en sus poemas presentaban al Profeta (BP) como su intercesor entre ellos y Dios.

Saûad Ibn Qârib compuso un poema para el Enviado Divino y de sus versos se entiende lo siguiente:

"...Atestiguo que no hay otra providencia más que Él,

y tú eres honesto con todo lo que está oculto,

Atestiguo que tú –¡oh, hijo de los grandes y purificados– entre los profetas

eres el mejor eslabón para acercarnos a Al.lah..."[6]

Cuando el Profeta (BP) escuchaba a Saûad Ibn Qârib decir este poema, nunca le ordenó ni pidió que callase, tampoco lo acusó de politeísta o de innovador.

Shâfi'î, en estos dos versos que citamos a continuación, hace mención a esta cuestión:

"...La familia del Enviado de Al.lah,

                   es el medio por el cual me acerco a Él,

       y tengo la esperanza que a través de ella

me sea entregada la carta de mis actos en la mano derecha..."[7]

A pesar de que son muchos y muy variados los hadices a este respecto, con las narraciones aquí mencionadas dejamos clara esta cuestión del taûassul vista desde la perspectiva de la sunnah del Profeta (BP), los sahâbah y grandes sabios islámicos, y consideramos innecesario seguir extendiéndonos más en este tema.

Con lo aquí expuesto, rebatimos la opinión de aquellos que piensan que solicitar intercesión a los generosos y queridos de Dios es asociar alguien a Él e innovación.

 

[1]. Lisân ul ‘Arab, t. XI, p.724.

[2]. Durr ul Manzûr, t. II, p.280, ed. Beirut, a continuación de la aleya mencionada.

[3]. Musnad,AhmadIbn Hanbal, t. 4, p.138, narraciones de ‘Uzman Ibn Hanîf; Mustadrak, Hâkim, t. I, en el libro Salaûât at-Tatâwwu‘, impr. en Beirut, p.313; Sunan, Ibn Mâyah, t.I, p.441, ed. por Dârâ Îhiâ’ ul-Kitâb ul-‘Arabîîah "At-Tây", t. I, p.286; Ay-Yâmi‘ as-Saghîr, Suîûtî, p.59; At-Taûassul ûal Wasillah, Ibn Taimîîah, p. 98 ed. en Beirut.

[4]. At-Taûassul ila Haqîqah at-Taûassul, p.158, primera ed., Beirut.

[5]. Sahîh, Bujârî, seg. parte del libro Al-Yuma‘h, cap. Al-Istisqâ’, p. 27, Egipto.

[6]. Ad-Durar as-Saniîîah, Saîîd Ahmad Ibn Zînî Dihlân, p.29, según lo narrado por Tabarânî.

[7]. As-Saûâ‘iq ul-Muhriqah, Ibn Hayar ‘Asqalânî, p.178, ed. en El Cairo.